🗣️ No court megaphone: NYT gana una
The New York Times gana la primera batalla del free speech.
SWING POWER.
WASHINGTON, D.C.
No da risa si me criticas: Trump sugiere que la Federal Communications Commission debería “considerar”, solo “considerar”, revocar licencias a las cadenas de televisión que lo critiquen. No hay más nada que agregar… Las próximas elecciones tienen un nuevo grupo que puede inclinar la balanza: las weighted vest women, que mezclan estilo de vida wellness con influencia política en distritos cerrados. NYT gana la primera batalla, pero todavía quedan 28 días para saber si gana la guerra.
EL DÍA EN HEADLINES.
➊ TRUMP SUGIERE QUITAR LICENCIAS DE TV A MEDIOS QUE LO CRITICAN
El presidente dijo que la Federal Communications Commission debería considerar revocar las licencias de cadenas que, según él, le dan solo “mala publicidad”. Esto después de que ABC suspendiera indefinidamente a Jimmy Kimmel por comentarios sobre el asesinato de Charlie Kirk. Para Trump, los late night shows son un brazo demócrata con micrófono. Y ahora parece que quisiera usar a la FCC como control remoto para silenciar críticas.
➋ GOBIERNO BUSCA OFICINAS PARA EXPANSIÓN DE ICE
La administración está alquilando cientos de oficinas para acomodar a miles de nuevos agentes de ICE, en medio de un aumento de redadas migratorias a nivel nacional. ¿El problema? Hace unos meses el gobierno había recortado contratos de arrendamiento “para ahorrar”, y ahora corren para revertirlo.
➌ CÁMARA APRUEBA PLAN TEMPORAL PARA EVITAR EL SHUTDOWN
Los legisladores aprobaron un proyecto que mantiene al gobierno financiado hasta el 20 de noviembre, con un voto ajustado de 217-212. La medida mantiene el gasto actual y agrega recursos para seguridad, pero el gran obstáculo será el Senado. Esto es un respiro momentáneo para evitar el famoso shutdown, pero la discusión del cierre no ha terminado, especialmente por las diferencias que hay sobre los recortes de salud. Y si no sabes a qué nos referimos, te invitamos a que leas nuestra edición donde te lo explicamos.
➍ APRUEBAN RESOLUCIÓN EN HONOR A CHARLIE KIRK
Con 310 votos a favor, la Cámara de Representantes probó un homenaje póstumo a Charlie Kirk, describiéndolo como “patriota valiente”. Aunque muchos demócratas tenían reservas, votaron a favor. Otros 58 votaron en contra y varios se abstuvieron. Un voto incómodo que mostró cómo incluso los homenajes pueden convertirse en campo de batalla partidista.
➎ DEMÓCRATAS BUSCAN FRENAR ATAQUES A BARCOS VENEZOLANOS
Senadores demócratas presentaron una resolución para bloquear los ataques ordenados por la administración contra barcos venezolanos acusados de traficar droga. Argumentan que Trump se saltó al Congreso y arriesga un conflicto sin autorización legal. La propuesta difícilmente avance, pero servirá para dejar claro quién respalda al presidente y quién prefiere que el Caribe no se convierta en zona de guerra improvisada.
➏ JUEZ RECHAZA DEMANDA DE TRUMP CONTRA EL NYT
Un juez federal desestimó la multimillonaria demanda del presidente contra el New York Times, calificándola de impropia. Trump aún puede enmendar la demanda en 28 días, siempre que no supere 40 páginas. La demanda alegaba difamación por la cobertura de las elecciones de 2024 y por un libro publicado por Penguin Random House. El juez Merryday destacó que un juicio no es un foro de oratoria ni para “invectivas” públicas.
EN PROFUNDIDAD.
EL NUEVO “PESO” DEL VOTO
En política siempre aparece el nuevo grupo de votantes que decidirá el futuro del país. Esta vez no son los soccer moms, tampoco los suburban dads: son las mujeres con chalecos de peso. Sí, esas que ves caminando por tu vecindario con un podcast en los audífonos y un chaleco que parece sacado de CrossFit. Según una encuesta de Christine Matthews (Bellwether Research), este grupo representa a una de cada seis mujeres en EEUU y podría inclinar la balanza en 2026. Una minoría pequeña, sí, pero en un Congreso empatado, hasta el wellness puede volverse un factor electoral.
WELLNESS SWING
Son un subgrupo de las clásicas suburban women que ya han sido clave en otras elecciones. La diferencia es que son altamente visibles, políticamente activas y tienen un estilo de vida wellness que las convierte en influencers locales dentro de sus comunidades.
Un nuevo bloque en el mapa electoral. Las weighted vest women son menores de 45 años, con hijos en casa, viven en suburbios acomodados y tienen ingresos altos. En 2024 votaron levemente por Trump, pero hoy están divididas 47%-47% entre republicanos y demócratas. Comparten un perfil de votantes que suelen ir a las urnas en midterms, lo que las hace especialmente atractivas para estrategas de ambos partidos.
Bienestar físico, mental y político también. Son mujeres conectadas con el mundo wellness, pero no caen en teorías extremas. Confían en la medicina tradicional, aunque también hacen su propia “investigación” en redes sociales. En otras palabras: son las que compran suplementos en Goop y escuchan podcasts de salud en sus caminatas. Y claro, votan con la misma mezcla de disciplina y dudas.
Salud, vacunas y escepticismo joven. La encuesta encontró que un 71% de las mujeres creen que las vacunas son seguras, aunque la confianza varía según la afiliación política. Entre mujeres Gen Z, el escepticismo crece: 31% no está de acuerdo con que las vacunas sean “generalmente seguras”. No es mayoría, pero es un foco de atención para campañas.
El peso político detrás del chaleco. Aunque son una minoría, los estrategas creen que este grupo puede inclinar distritos clave, sobre todo en estados competitivos. Si los republicanos logran los redistrictings planificados (Texas, Ohio, Missouri, etc.), podrían convertir la ventaja política en escaños concretos; si no, las preferencias de este grupo pueden amplificar o neutralizar esas ganancias.
IMPACTO ELECTORAL
Aun siendo una minoría, si se concentran en suburbios competitivos (Virginia, Arizona, Georgia, Pennsylvania), pueden ser decisivas. No necesitan ser millones para cambiar resultados: basta con miles de votos en el distrito correcto.
LO QUE SE DICE Y LO QUE NO.
FONDOS COMO COERCIÓN
La cancelación se está saliendo de control.
El gobierno de Trump acaba de amenazar a Harvard con “acciones de cumplimiento adicionales” si no entrega datos sobre el uso de la raza en sus admisiones. La administración dice que busca “responsabilidad y transparencia”, aunque no ha explicado qué implicarían esas medidas. Mientras tanto, la universidad tiene 20 días para responder. En plena era post-affirmative action, la tensión entre control gubernamental y autonomía universitaria vuelve a estar en el centro del debate.
Un juez federal dejó claro que castigar a Harvard por sus políticas o declaraciones públicas viola la Primera Enmienda. La administración intentó congelar fondos de investigación, restringir estudiantes internacionales y cuestionar la cultura del campus, pero la ley protege la libertad de expresión incluso en instituciones que reciben dinero público. El caso recuerda que la coerción financiera puede ser tan silenciosa como efectiva para silenciar voces.
Históricamente, el gobierno ha usado diferentes herramientas para castigar disidencias: desde los Alien and Sedition Acts de 1798 hasta McCarthy y la caza de supuestos comunistas en universidades. Hoy, los recortes presupuestarios y amenazas de fondos cumplen la misma función simbólica: disciplinar a quienes se desvían de la ortodoxia oficial, sin necesidad de cárcel ni juicios públicos, pero con igual efecto sobre la diversidad de ideas.
El caso Harvard es parte de un patrón más amplio. Desde mayo, la administración ha lanzado investigaciones sobre diversidad, equidad e inclusión en varias universidades, incluyendo Yale, Columbia y MIT. Algunas de estas instituciones han visto congelamientos parciales de fondos federales o restricciones en admisiones internacionales, otras han cedido ante la presión como la Universidad de Brown.
¿Qué hay detrás? La decisión de la Corte Suprema de 2023 que prohibió considerar la raza en admisiones provoca un conflicto entre la ley y los intentos del gobierno de monitorear políticas DEI, acusando a algunas universidades de prácticas discriminatorias o de tolerar antisemitismo en el campus.
Lo que se dice es que el fallo a favor de Harvard protege a la universidad por ahora, pero lo que no se dice es que esto plantea un debate mayor. ¿Hasta qué punto puede el gobierno condicionar fondos públicos para influir en políticas o discursos académicos? La Primera Enmienda protege la libertad de expresión, pero este caso muestra que la línea entre autonomía universitaria y control político sigue siendo estrecha.
Redactor: Paola Sardiña | Editor jefe: Marcos Marín