WASHINGTON, D.C.
Y como ya sabes, el gobierno federal bajó la persiana. What now? Muchas cosas y si te perdiste nuestra edición anterior, te la dejo aquí para que leas cómo afecta el shutdown. Hoy solamente te cuento cuáles son las opciones para ponerle fin al cierre. ¿La mala noticia? Dos de esos caminos dependen de los demócratas… Mientras tanto, el gobierno apaga al watchdog de los watchdogs y promete que todo es por el bien de los contribuyentes. Ahora, con la luz cortada en el Capitolio, la oscuridad en los pasillos del poder será mucho más fácil de administrar.
EL DÍA EN HEADLINES.
➊ LA CORTE SUPREMA MANTIENE A LISA COOK EN LA FED
El tribunal permitió a la gobernadora de la Reserva Federal Lisa Cook seguir en su puesto hasta los argumentos orales del caso, programados para enero de 2026, por lo que podrá participar en las dos reuniones de política monetaria que quedan este año. Eso evita una vacante inmediata y mantiene intacta, la estructura del board. Si la Corte acabara permitiendo despidos presidenciales por motivos ambiguos, sería un cambio a la independencia del banco central. Por ahora, la Fed sigue sin convertirse en juego de ajedrez político.
➋ LA CASA BLANCA SE PREPARA PARA LOS DESPIDOS FEDERALES
El director de la Office of Management and Budget , Russell Vought, dijo a los legisladores republicanos que la administración comenzará a despedir trabajadores federales “en un día o dos”, en medio del cierre de gobierno. La medida busca aumentar la presión sobre los demócratas tras el fracaso del Senado en aprobar un plan de financiamiento. Según fuentes citadas por Axios, Vought había ordenado a las dependencias preparar notificaciones de despido masivo en programas “no alineados con las prioridades del presidente”. El mensaje fue claro: los despidos serán “consecuenciales”.
➌ LA ADMINISTRACIÓN VIOLÓ DERECHOS DE PROTESTA PROPALESTINA
Un juez federal determinó que la administración actuó para intimidar la protestas pro-palestina al intentar revocar visas de estudiantes y académicos usando, entre otras cosas, listas obtenidas de un sitio de doxxing. El fallo, tras un juicio sin jurado en julio, concluye que hubo una estrategia deliberada para atemorizar y disuadir la participación en protestas; el juez dijo que eso violó derechos constitucionales. El tribunal también señaló que, aunque la conducta fue reprochable, la inmunidad presidencial limita las consecuencias directas.
➍ FISCALES DEMANDAN POR REGLA QUE RESTRINGE AYUDA A VÍCTIMAS DE VIOLENCIA
La fiscal Letitia James y otros 19 fiscales generales presentaron una demanda para bloquear una regla del Departamento de Justicia que impide usar fondos federales (VAWA, VOCA y Byrne) para servicios legales a sobrevivientes que no puedan probar de inmediato su estatus migratorio. Alegan que la norma —que entraría en vigor el 31 de octubre— deja a víctimas sin ayuda esencial, viola la cláusula de gasto constitucional y la Ley de Procedimiento Administrativo, y olvida que los agresores suelen retener documentos.
➎ GOBIERNO RETIRA NOMINACIÓN DE E.J. ANTONI PARA EL BLS
La administración envió al Senado el retiro formal de la nominación de E.J. Antoni para dirigir el Bureau of Labor Statistics, no se dieron razones públicas y anunciaron que habrá un nuevo candidato pronto. Antoni, hasta ahora economista en The Heritage Foundation, generó dudas por análisis considerados partidistas. El puesto es sensible porque controla reportes como la encuesta de empleo y el IPC. Y ya sabemos lo que dice la Casa Blanca about that.
➏ ARRANCA PELEA POR EL NUEVO MAPA DE DISTRITOS EN TEXAS
Un panel federal empezó a revisar si el congressional map de Texas —redibujado este verano para dar a los republicanos cinco escaños más— viola la Ley de Derechos de Votación al reducir la influencia de votantes minoritarios. Demandantes sostienen que hay gerrymandering racial, la defensa estatal lo llama un ajuste partidista permitido. El juicio, en El Paso y con peritajes electorales de por medio, puede determinar cuántos distritos quedan válidos antes de 2026.
EN PROFUNDIDAD.
EL FIN DEL WATCHDOG DE LOS WATCHDOGS
El gobierno decidió cortar la financiación al Council of the Inspectors General on Integrity and Efficiency, ese organismo que coordina a los 72 inspectores generales federales y que funciona como “la red” que conecta y respalda a los distintos vigilantes del gobierno. Sin fondos, el consejo anunció que suspenderá funciones clave, despedirá a 25 empleados y cerrará herramientas como oversight.gov, donde se publican reportes y denuncias de corrupción. La medida, tomada por la Oficina de Administración y Presupuesto, llega después de años de tensiones entre la Casa Blanca y los inspectores generales, que han destapado desde fraudes hasta abusos de poder.
UN GOLPE AL SISTEMA
Más que un recorte de financiación, este es un golpe al sistema de pesos y contrapesos. Y aunque la explicación oficial habla de “limpiar corrupción interna”, lo que queda es una pregunta incómoda: ¿quién vigila cuando se apaga al vigilante de los vigilantes?
¿Qué es CIGIE y qué hace? El Council of the Inspectors General on Integrity and Efficiency existe desde 2008 y funciona como un paraguas para todas las oficinas de inspectores generales en el gobierno federal. Ofrece entrenamiento, revisiones entre agencias y coordina investigaciones que involucran a más de un organismo. Además, maneja oversight.gov, la plataforma donde ciudadanos y whistleblowers pueden consultar informes o reportar irregularidades. Sin CIGIE, cada oficina queda más aislada y con menos capacidad de trabajo conjunto.
La decisión con consecuencias incluidas. La Office of Management and Budget notificó al Congreso que, sin fondos, CIGIE tendrá que suspender operaciones esta misma semana. Eso significa que 25 empleados serán enviados a casa y que dejarán de cumplirse funciones que por ley son parte del sistema de supervisión federal. El shutdown también pondría en pausa la supervisión del gasto de emergencia de la pandemia, un mandato que el Congreso había extendido hasta 2034.
No sorprende, pero preocupa. La administración ya había removido o presionado a inspectores generales en al menos 19 agencias, reemplazándolos por aliados en posiciones que tradicionalmente eran apartidistas. CIGIE, además, revisaba denuncias de mala conducta contra Joseph Cuffari, inspector general del Homeland Security nombrado por Trump. Cortar fondos al consejo parece menos una cuestión de eficiencia y más un intento de limitar voces incómodas dentro del propio aparato de control.
EXCUSA BARATA
Según la OMB, los inspectores generales han perdido imparcialidad y se han convertido en actores “corruptos y partidistas”, por lo que los contribuyentes “no deben seguir financiando”. La base legal del recorte está en que parte del financiamiento de CIGIE proviene de transferencias interagenciales bajo la supervisión de OMB.
El movimiento generó resistencia incluso dentro del Partido Republicano. Los senadores Susan Collins y Chuck Grassley, ambos con historial de apoyo al oversight, pidieron revertir la medida y advirtieron que el Congreso depende del trabajo de los inspectores para ejercer su rol de supervisión. Exinspectores generales señalan que, si se elimina el CIGIE, el Congreso y la gente pierden acceso a un flujo clave de información y transparencia.
La jugada contra el CIGIE es como quitarle las pilas al detector de humo justo cuando empiezas a oler a quemado. Oficialmente es para ahorrar y evitar corrupción interna, pero en la práctica significa menos ojos mirando dónde se esconden los problemas. Y claro, siempre es más cómodo gobernar cuando nadie toma notas de lo que pasa a puerta cerrada.
LO QUE SE DICE Y LO QUE NO.
Y AHORA, ¿QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS?
El guion es conocido: llega un shutdown, los políticos se culpan entre sí, los empleados federales quedan atrapados en la pausa y, tarde o temprano, alguien cede. Lo que cambia cada vez es quién parpadea primero. ¿De qué lado llegará el salvador o lo habrá?
Las opciones que hay no son tan prometedoras, especialmente porque de los cuatro caminos para ponerle fin al cierre, al menos dos dependen de los demócratas.
Opción 1. Que los demócratas se quiebren por dentro. No es tan difícil… Algunos senadores en estados en riesgo electoral ya sienten que un cierre prolongado podría costarles más que unos cuantos puntos en las encuestas. Bastan cinco deserciones para que la pared azul se agriete y el Congreso apruebe la reapertura, incluso si la dirigencia demócrata insiste en resistir.
Opción 2. Que los demócratas bajen la guardia como bloque. Los trabajadores federales —parte clave de su base— son los primeros en sufrir sin cheques de pago, y mientras el shutdown se alarga, la narrativa de “esto es culpa suya” puede calar hondo en la opinión pública. El partido podría decidir que ya hizo su punto político y cortar pérdidas, aunque no logre victorias concretas.
Opción 3. Que los republicanos, confiados en su ventaja, calculen mal. La historia dice que casi siempre terminan cargando con la culpa de estos cierres. Y en su propio electorado hay quienes dependen de los subsidios de salud que están en juego. Un gesto de concesión podría verse menos como rendición y más como autopreservación política.
Opción 4. El escenario que nadie quiere pero que todos temen: que el shutdown se alargue indefinidamente. En ese caso, la pregunta de quién ganó pierde sentido porque ambos lados pierden. Los votantes podrían terminar castigando a todos en las urnas, abonando terreno a un discurso más radical contra el sistema en general.
Al final, quizá no haya un Chapulín Colorado que aparezca a salvar el día. La salida puede ser un parche incómodo, una concesión a medias o un simple colapso por cansancio. Lo que sí está claro es que, cada vez que Washington se detiene, los que siguen pagando la cuenta no son los políticos, sino los de siempre: tu y yo.
Redactor: Paola Sardiña | Editor jefe: Marcos Marín