🌾 China’s farmland play: de la granja al espionaje
Beijing cruza la línea y ya hay cejas levantadas en Washington.
WASHINGTON, D.C.
China sigue comprando tierras en Estados Unidos como si fueran fichas de Monopoly, mientras tarifas y restricciones sobre minerales estratégicos hacen que la guerra económica se sienta en tu carrito de compras. La voz de la experiencia nos manda un mensaje: la fiebre por la inteligencia artificial y las inversiones democratizadas huele demasiado a la crisis de 1929. Los consumidores ya pagan más del 55% del costo de los aranceles, la inflación sigue subiendo y la plata tocó un récord, el refugio en los metales es real.
Hoy en Markets:
EN PROFUNDIDAD:
Y si algo le faltaba a la economía no era precisamente que China se infiltrara en el campo. Beijing se ha encargado de comprar pequeños pedacitos de tierras estratégicamente cerca de bases militares. Te contamos el nuevo capítulo de la Techno-Cold War versión siglo XXI.
EN ECONÓMETRO:
Y mientras se sigue repitiendo el discurso de que las tarifas no aumentan precios, los datos dicen lo contrario: los hogares absorben más del 55% del costo de los aranceles. Gato por liebre. Los metales siguen siendo el refugio –algo desesperado– de los inversores en medio de la inestabilidad global. En fin, todo se mueve y la economía (al igual que tu bolsillo) no descansa.
EN FINANZAS AL DETALLE:
Andrew Ross Sorkin revive el fantasma de 1929: la democratización de la inversión se parece demasiado a la fiebre especulativa de hace un siglo. Wall Street apuesta todo a la IA, y los fondos de retiro podrían ser la próxima víctima de la burbuja tecnológica.
EN PROFUNDIDAD.
EL NUEVO CAMPO DE BATALLA: FARMLAND.
Dicen que la tierra no se puede fabricar, pero parece que sí se puede comprar estratégicamente. China ha estado adquiriendo pedacitos de Estados Unidos, justo donde más duele: cerca de bases militares. Lo que empezó como un tema de inversión agrícola terminó convirtiéndose en un capítulo más del Techno-Cold War versión siglo XXI. ¿Un campo de maíz o un campo de espionaje? Difícil saber. Pero en un mundo donde un dron se puede lanzar desde un contenedor y causar caos, la paranoia ya no suena tan paranoica.
MÁS ALLÁ DEL CAMPO
Mientras Washington se preocupa por los acres y los drones, Beijing afila otra herramienta: el comercio. Lo que comenzó como una pelea por tierras ahora se expande a tarifas, minerales raros y acusaciones de sabotaje económico. La tensión entre las dos potencias ya no es solo militar o tecnológica, sino económica, con ambos países usando sus recursos —literalmente— como armas.
Y tú dirás, pero bueno no entiendo nada. Para eso estamos aquí. Y te damos contexto.
China y los acres made in USA. Entidades chinas poseen unas 277 mil acres de tierras agrícolas en Estados Unidos, eso es menos del 1% del total, pero lo suficiente para levantar cejas en Washington. El problema no es la cantidad, sino la ubicación: algunas propiedades están peligrosamente cerca de bases aéreas y centros de defensa, lo que genera sospechas de espionaje o incluso posibles ataques.
Los políticos se ponen nerviosos. Dakota del Norte bloqueó la construcción de un molino de maíz de una empresa china cerca de una base aérea. El gobierno local dijo “no gracias” al posible combo de maíz y microchips espías. Actualmente, 29 estados limitan o prohíben que extranjeros (especialmente de países considerados adversarios) compren tierras agrícolas, aunque a nivel federal no existe una ley que lo impida.
Más allá del campo, el crypto-miedo. China también ha invertido en crypto mines dentro de Estados Unidos, grandes centros de datos que consumen toneladas de energía. Funcionarios de seguridad temen que puedan servir para espionaje digital o sabotaje de la red eléctrica. En mayo del año pasado, Biden ordenó a una empresa china cerrar una mina de criptomonedas en Wyoming, casualmente al lado de una base de misiles nucleares. Casual, ¿no?
El comercio se recalienta. La tensión entre Estados Unidos y China volvió a encenderse después de que Washington acusara a Beijing de “intentar dañar la economía mundial”. El Ministerio de Comercio chino respondió que Estados Unidos busca “intimidar con amenazas” al imponer nuevos aranceles a las exportaciones chinas, y advirtió que peleará “hasta el final”.
Tarifas sobre tarifas. El Tesoro estadounidense anunció tarifas de hasta 100% sobre productos chinos, desde muebles hasta madera y gabinetes de cocina, a partir del 1 de noviembre. A su vez, China respondió con nuevos cargos a buques estadounidenses y un endurecimiento en sus restricciones de exportación de minerales raros, esenciales para fabricar chips, autos eléctricos y tecnología militar.
LA GUERRA DE LOS MINERALES
China controla casi todo el suministro global de rare earths, esos minerales invisibles pero esenciales para el hardware moderno. La semana pasada amplió sus restricciones, alegando seguridad nacional, a Estados Unidos le suena conocido. ¿La respuesta? Washington lo interpretó como una jugada geopolítica directa.
El tono sube y la cuerda se tensa. Según el Peterson Institute for International Economics, los aranceles promedio de Estados Unidos sobre importaciones chinas ya alcanzan el 58%, mientras los de China llegan al 33%. Las tensiones en los puertos, las tarifas cruzadas y el ruido político ya están generando volatilidad en los mercados y en las cadenas globales de suministro.
Tierra, datos, minerales y comercio: todo se mezcla en una guerra con impacto global. Lo que está en juego ya no es solo la seguridad nacional, sino el control del futuro económico. Cada sanción, cada acre y cada contenedor se vuelven piezas de un mismo tablero. La pregunta no es quién gana, sino cuánto puede resistir la economía mundial antes de que el juego deje de ser solo diplomático.
ANOTA ESTO.
IMAGÍNATE QUE EL EMPIRE STATE BUILDING SE LLENA DE ARENA.
Durante el huracán Sandy, los Rockaways perdieron 1,1 millones de metros cúbicos de arena, lo suficiente como para llenar el Empire State Building.
Nueva York está en peligro.
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ECONÓMETRO.
➊ LAS TARIFAS YA ESTÁN PEGANDO EN EL CONSUMIDOR
Goldman Sachs reveló que los estadounidenses están pagando el precio —literalmente— de la guerra comercial. Según el banco, los hogares absorben más del 55% del costo de los aranceles impuestos por el gobierno, especialmente en productos como acero, cobre y autos. La Casa Blanca ha recaudado más de $215 mil millones en tarifas desde abril, pero el efecto secundario lo sentimos en el bolsillo: una inflación más alta y precios que no paran de subir. En otras palabras: las tarifas no están haciendo América grande otra vez, sino más cara.
➋ LOS RESTAURANTES SUBEN LOS PRECIOS PARA “SOBREVIVIR”
La inflación también se sienta a la mesa. Un informe de Toast reveló que casi la mitad de los restaurantes del país planean aumentar sus precios hasta un 30% para compensar los costos de alimentos, tarifas y salarios. Según la Asociación Nacional de Restaurantes, muchos locales apenas mantienen un 5% de margen de ganancia, lo que los obliga a subir los precios o cerrar. Aunque los consumidores recortan gastos, los precios del café, los burritos y las hamburguesas siguen en alza. En pocas palabras, ya podemos decir que comer fuera es un lujo.
➌ LOS PRECIOS DE LA PLATA TAMBIÉN SE DISPARAN
Parece que los metales se convirtieron en un refugio financiero. Primero el oro, ahora la plata. El metal subió un 75% en lo que va del año, alcanzando un récord de $52.63 por onza, impulsada por la demanda industrial y el miedo a una recesión global. Los ETF de plata, como el iShares Silver Trust, acumulan subidas del 70%, con flujos de inversión en máximos desde la pandemia. Además de su papel como refugio, la plata es clave para paneles solares y chips, lo que la convierte en una mezcla de safe haven y activo tecnológico. Nada mal, eh.
➍ WALMART SE ASOCIA CON CHATGPT, TUS COMPRAS AHORA VENDRÁN CON CONSEJOS
El gigante minorista anunció una alianza con OpenAI para integrar ChatGPT en su app y su plataforma de e-commerce. La idea: que los usuarios puedan buscar productos con lenguaje natural, tipo “quiero ideas para una cena rápida”, en lugar de escribir listas interminables. El CEO Doug McMillon dijo que la IA transformará la experiencia de compra, mientras Walmart busca competir directamente con Amazon y su asistente Rufus.
➎ POWELL INSINÚA MÁS RECORTES DE LAS TASAS DE INTERÉS
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dejó la puerta abierta para más recortes de tasas de interés ante señales de desaceleración en el empleo. Aunque la inflación sigue por encima del 3%, gran parte del repunte se debe al impacto de las tarifas y los costos importados. Con el gobierno parcialmente cerrado y menos datos oficiales disponibles, la Fed toma decisiones con visibilidad limitada. Powell también sugirió que podrían pausar la reducción del balance para evitar tensiones de liquidez.
FINANZAS AL DETALLE.
DEMOCRATIZAR EL RIESGO (OTRA VEZ)
Andrew Ross Sorkin –el periodista de The New York Times, autor de Too Big to Fail (el libro que explicó la crisis de 2008 mejor que cualquier economista de traje caro)-- acaba de decir algo que no quieres escuchar: Wall Street se parece peligrosamente a 1929.
En su nuevo libro, 1929: Inside the Greatest Crash in Wall Street History, Sorkin asegura que los paralelos entre aquella fiebre especulativa y la de hoy son demasiado evidentes. Solo que ahora, en lugar de invertir con crédito en ferrocarriles y automotrices, el mundo está apostando todo a la inteligencia artificial.
La comparación no es descabellada. En los años 20, miles de personas compraban acciones a crédito, convencidas de que la bolsa solo podía subir. Hoy, las inversiones se disfrazan de democratización financiera: fondos que permiten a casi cualquiera invertir en startups de IA, en criptomonedas o en empresas privadas antes de que salgan a bolsa. ¿Suena moderno? Sí. ¿También peligroso? Bastante.
Sorkin advierte que, igual que en 1929, los frenos del sistema financiero están empezando a fallar. La Securities and Exchange Commission, que es el regulador que debería vigilar los excesos de Wall Street, está relajando controles, mientras que la Oficina de Protección Financiera del Consumidor “prácticamente no existe”, según él.
Y todo esto ocurre justo cuando los grandes gestores de fondos, como Larry Fink, CEO de BlackRock, piden que se permita invertir los 401(k), esos planes de retiro de los trabajadores estadounidenses, parecidos a los fondos de pensiones, en activos más arriesgados, como empresas de IA o criptomonedas.
Fink lo vende como democratizar la inversión: abrir el acceso a oportunidades exclusivas del dinero grande. Pero, como advierte Sorkin, eso también significa exponer los ahorros de la clase media a los vaivenes del mercado más volátil de la historia moderna. En otras palabras: permitir que el trabajador promedio arriesgue su jubilación en la próxima burbuja tecnológica, sin las protecciones que antes existían.
Y lo irónico es que todo suena igual que hace un siglo: promesas de riqueza, entusiasmo colectivo y esa sensación de que el tren del dinero no se va a detener nunca. Solo que cuando se frene, los que están en primera clase tienen paracaídas, los demás, boleto de caída libre.
Lo que está en juego no es solo Wall Street: son los ahorros de millones, los fondos de retiro, el valor de las casas, los precios en el supermercado. Porque si algo enseña la historia es que las burbujas siempre parecen progreso… hasta que revientan.
En fin, parece que los mercados, más que aprender del pasado, lo están versionando con mejor tecnología.
ANTES QUE TE VAYAS.
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🔋 AMD se infla a chips. La compañía firmó con Oracle un acuerdo para entregar 50,000 GPUs y seguir alimentando la fiebre de la inteligencia artificial. Parece que a este ritmo, el próximo año comeremos y respiraremos IA. La jugada se suma a su megadeal con OpenAI, que ya hizo volar sus acciones. Todos se venden chips entre sí y Wall Street finge que esto no huele a burbuja.
🧠 TSMC rompe récord (otra vez). La Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, el mayor fabricante de chips de Asia, reportó un 39% de ganancia anual gracias a la demanda de procesadores para IA de gigantes como Nvidia y Apple. Su CEO habló del megatrend de la IA como si fuera religión. El único riesgo que ve: los aranceles de EEUU, no la realidad.
🍑 OpenAI dice sí al contenido adulto. Sam Altman anunció que ChatGPT ampliará sus contenidos, incluido material eróticao para adultos verificados. La medida busca hacer el chatbot más “humano” y atractivo para los usuarios. Ujúm.
Redactor: Paola Sardiña | Editor jefe: Marcos Marín